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Peiteado corta fuerte

Jorge Baron Biza

La Voz del Interior, 12 de octubre de 2000
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Carlos Peiteado (n. 1935) está en el nivel más alto de la escultura actual de Córdoba. Así lo testimonian más de 30 premios desde su primera exposición en el concurso anual de IKA ’58 y que culminaron con el consagratorio Gran Premio de Honor del Salón Nacional del ’89. Como uno de sus maestros, Líbero Badii, el cordobés también se ha planteado como uno de los temas fundamentales de su arte la articulación de formas, pero en una línea mucho más dramática, de la que no excluye la denuncia de las injusticias de este tiempo.

No sorprende por lo tanto que haya elegido media docena de cuentos del escritor Gastón Sironi como núcleo de esta pequeña exhibición. Las xilografías están enmarcadas junto con los breves textos y las planchas originales. De esta manera, el proceso de factura de la obra queda incorporado a la red de relaciones con los cuentos, escritos en estilo de policial negro pero que derivan también hacia la denuncia de la violencia: una malla de causas y efectos flanquean las palabras invitando a comparaciones del antes y después.

Peiteado se encontró en su salsa cuando ilustró estos cuentos impactantes. Las décadas de experimentación y la preferencia que mostró cada vez más por la madera han privado aguzado en su buril la espontaneidad agonística. El medio elegido se presta tradicionalmente a la expresión dramática, que Peiteado hace restallar con lúgubres destellos de figuración.

En la planta baja, obras anteriores muestran la génesis del artista en los años ’80. Los óleos de la serie “Hambre”, con sus articulaciones anatómicas y carnes desgarradas, las esculturas (en las que la digonalidad sustituye al volumen), y un notable dibujo, muestran la trayectoria de un artista que ha convertido el ensamblaje de formas imprevistas en una totalidad identificatoria y trágica.